miércoles, 17 de mayo de 2017

Artilugio Mecánico Ofrece Ingeniosa Respuesta al Ensamblado de bloques en la Pirámide.



Esta suerte de Arquímedes Español trabaja sin planos, pura intuición. La demostración práctica de su invento es la monda


  Para la ciencia oficial aun le he es imposible explicar y mucho mas entender realmente como se construyeron las grandes pirámides de egipto, Para los que tenemos noción de teorías alternativas hoy no sera nuestro turno; sino que les presentamos una teoria alternativa sacada a la luz en un articulo del Periódico de Barcelona, que se maravilla con la obra de un creativo Ingeniero gallego, quien al parecer a encontrado una solución simple a lo que podría haber sido o ayudado a los egipcios o quienes quiera que hayan sido a manejar grandes volúmenes de bloques en las pirámides, claro que eso no explica el porque se han encontrado conchas de moluscos marinos y hasta cabellos humanos adosados a la superficies de los bloques que la componen, sin mencionar tampoco las teorías alternativas de que la gran pirámide seria un complejo sistema para generar energía cuántica o piezo eléctrica por un método de resonancia del agua y otros gases que discurrían por sus pasadizos, pero como dije esa es materia de otro articulo aun cuando quizás una cosa no quita la otra...  

sin mas aqui el articulo: 

  Gustave Flaubert Dijo que los libros no se conciben como los niños, sino como las pirámides, a costa de amontonar bloques de piedra unos sobre otros, una comparación magnífica, sin duda, pero el escritor no aclaró, ya de paso, exactamente, cómo se construye una pirámide, tremendo misterio de la arqueología desde que Heródoto (que si de rigor se trata era el Pío Moa de la antigüedad) dejara escrita una vaga descripción sobre aquella hazaña de la arquitectura. Las cifras, porque no es algo que se recuerde así sin más, como las tablas de multiplicar, hay que subrayarlas. Solo en Keops, la mayor de las pirámides, se amontonan más de 2,3 millones de bloques de piedra de más de dos toneladas de peso cada una. Se dice pronto, pero ¿cómo se hace? Pues en la calle de Bou de Sant Pere (por situarla en el mapa, a un minuto del Palau de la Música) vive Herminio Fernández Fernández, gallego y jubilado, que no solo tiene patentado un método para construir pirámides, sino que en el recibidor de su casa tiene un prototipo a escala de su ‘rampa elevadora manual’, un ingenio que ya le hubiera gustado a Howard Hawks para su ‘Tierra de faraones’.

Una teoría común, extraterrestres al margen, es que los egipcios subieron los bloques de las pirámides con legiones de esclavos a través de rampas, un disparate a poco que se hagan cuatro cálculos de trigonometría. Una inclinación de la pendiente superior al 10% hubiera puesto el reto solo al alcance de Obélix. De ser así, para la de Keops, por ejemplo, la rampa habría tenido una longitud de un kilómetro y medio. Total, que habría sido mayor y más impresionante que la propia pirámide.




El aritilugio de Herminio  resuelve la desconcertante ‘rampa elevadora manual’. Herminio coloca 100 kilos de peso en la plataforma e invita a asir por las puntas las dos palancas del invento. Un simple alehop y los bloques de cemento suben un escalón. Se acomodan las palancas en el siguiente diente (eso se hace en un pispás) y, alehop de nuevo. El esfuerzo es insignificante.



En la arquitectura moderna se emplea en ocasiones excepcionales, en rascacielos singulares, por ejemplo, un dispositivo que parece bautizado por el mismísimo Lex Luthor, el encofrado autotrepante. El más célebre de Barcelona fue el de la torre Agbar. Aquel invento se abrazaba a la columna vertebral del edificio y literalmente escalaba por ella como un niño se sube a un árbol. Cada cinco días subía un piso. Lo que Herminio ha diseñado, sin planos, con pura intuición de carpintero, es un puzle de madera, un conjunto de escalones, engranajes y palancas, todo tallado a mano, que tan pronto como ascienden las piedras se desmontan las piezas de abajo y se colocan arriba para proseguir sin pausa la escalada. Brillante. Nada menos que el encofrado autotrepante de la antigüedad. Asegura Herminio que una sola persona mínimamente en forma puede mover bloques de 300 kilos. No hace una demostración dentro de casa porque ya la hizo tiempo atrás, con nefastas consecuencias para los azulejos del piso. La hace en el tejado. La cuestión, en resumen, es que asegura que una veintena de personas, cada una con su palanca, podrían levantar al alimón un bloque de 6.000 kilos.

Plinio el Viejo desdeñó el fin mismo de las pirámides, "trabajo en vano", dijo, pero no dejó ni una buena pista sobre cómo se construyeron, igual que Heródoto

Eso sirve en bandeja el debate sobre cuántas personas eran necesarias para levantar una pirámide en un plazo razonable de tiempo. Plinio el Viejo, que en cierto modo las menospreciaba, decía de ellas que eran “un trabajo en vano” o, peor aún, sostenía que eran simplemente el mezquino propósito del faraón de turno de dejar las arcas vacías tras su muerte y fastidiar así a su sucesor, calcula que en una de las más notables que conoció, que sitúa en Arabia, trabajaron durante 20 años unos 360.000 hombres. No estuvo allí, por supuesto, para verlo. Herminio tampoco, claro, y en igualdad de condiciones, discrepa de Plinio. Defiende que bastaba una plantilla de unos 4.000 trabajadores para completar una pirámide en 20 años, y solo una cuarta parte de ellos destinados a esa espectacular tarea de subir las piedras.



“No, nunca he estado en Egipto, y no voy a ir, me da miedo el avión”, explica Herminio en el saloncito de su casa, entre ballestas de fabricación propia y catapultas de miniatura, que, por cierto, funcionan. Este hombre está hecho un Arquímedes. El lanzamiento de lápices cual flechas a lo largo del pasillo daría para otra crónica, igual que su teoría sobre los desconcertantes conductos de ventilación de las pirámides, de los que sostiene que son una suerte de pararrayos fallido. Lo dicho, eso, otro día. De momento, si alguien necesita una pirámide, Herminio es su hombre. A él le gustaría probar su invento a lo grande. Su suerte, claro, sería ser anglosajón, que la National Geographic Society le prestara atención, como cuando en el 2012 le dio por financiar la demostración de la teoría Terry Hunt y Carl Lipo de que los moais de la isla de Pascua fueron trasladados a pie, en un gracioso paseo.

Ahora que las posibilidades se amplían, y como lo dijimos antes, la ciencia debería darse a la tarea de calcular o verificar si la ingeniosa idea de este español es aplicable a los grandes pedazos de piedras que componen la gran pirámide, ya sea matemáticamente o si hay algún rastro arqueológico o hendidura en las piedras que apoye esta idea, Pero de todas formas, que haya mas de una forma de pelar una manzana no significa que esta sea la única solución posible a la construcción de grandes monumentos, dado que esto no explicaría el porque diferentes culturas a lo largo y ancho de nuestro mundo antiguo se dedicaron tan hábilmente a la construcción de estas, de todas formas esperemos que algun dia no muy lejano podamos llegar de dilucidar a ciencia cierta como realmente fueron construidos los grandes monumentos de la antigüedad que aun hoy maravillan a todos los que la observan.

Herminio, con su prototipo de catapulta y ballesta.

Fuente.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/barcelones-que-patento-metodo-para-construir-piramides-6031264