Como Los poderes Facticos Controlan La Historia.
Thomas Woodrow Wilson |
En 1916 Woodrow Wilson fue relegido como presidente de Estados Unidos. Uno de sus eslóganes era: “Él nos mantuvo alejados de la guerra”. Por el contrario, sus intenciones eran bien distintas. El coronel House, agente de la gran banca internacional, mano derecha de Wilson y presidente estadounidense en la sombra, tenía la orden de inducir a Estados Unidos a entrar en la I Guerra Mundial (1914-1918). En el fondo los motivos de la gran guerra europea eran estrictamente
comerciales. La gran banca había prestado grandes sumas de dinero a Gran Bretaña, implicándose enormemente en su industria y comercio. Sin embargo, los negocios comerciales británicos se veían frenados por la competencia cada vez más dura de Alemania. A la banca le interesaba una guerra para no perder buena parte de sus intereses en Gran Bretaña. Además, necesitaban urgentemente el auxilio militar de Estados Unidos. En este empeño utilizaron a todos sus agentes norteamericanos, sobre todo al coronel House, y todo su poder mediático. La mayoría de los grandes periódicos de la época, igual que sucede en la actualidad, estaban en manos de la gran banca.
La excusa perfecta para entrar en la guerra en auxilio de los británicos vino dada por el hundimiento del Lusitania por submarinos alemanes. La muerte de ciudadanos estadounidenses en el incidente fue utilizado hasta la saciedad por los periódicos para crear un clima de opinión propicio a la participación en la guerra. La verdad sobre el hundimiento del Lusitania es, como siempre suele suceder, completamente diferente a lo divulgado por la prensa de la época. Tanto Gran Bretaña como Alemania llevaban a cabo un duro enfrentamiento submarino con la intención de que no llegaran municiones al bando contrario. El Lusitania iba cargado de municiones para el bando británico. De hecho, el gobierno alemán había publicado varios avisos en la prensa norteamericana para que ningún ciudadano de ese país viajase en el Lusitania, aduciendo que sería hundido, porque tal como se comprobó posteriormente viajaba cargado de municiones.
Finalmente en 1917, y bajo el lema “La guerra para acabar con todas las guerras”, Estados Unidos entró en el conflicto. Al mismo tiempo, los conspiradores sacaban pingües beneficios de la industria bélica, además de
aumentar la deuda de las naciones en guerra, lo que aumentaba su poder.
Winston Leonard Spencer Churchill |
El propio Winston Churchill confesó que si Estados Unidos no hubiese entrado en la guerra, “la paz se habría logrado con Alemania, no hubiese habido colapso alguno por el que Rusia optara por el comunismo, ni caída del gobierno en Italia, seguida por el fascismo, y el nazismo nunca hubiese ganado ascendencia en Alemania”. Sin comentarios…
Los conspiradores también fueron en buena medida los responsables de la subida de Hitler y toda su corte de lunáticos al poder. El partido nazi obtuvo todo tipo de apoyos desde los grandes centros financieros. Los grandes banqueros creían que sólo con Hitler en el poder se podría evitar que se llevase a cabo el plan de recuperación económica ideado por el doctor Wilhem Lauterbach.
El principal agente de los conspiradores en esta operación era Greeley Schacht, presidente del Banco Central de Alemania y desde siempre vinculado a los intereses de la banca Morgan. Con su polémica renuncia al cargo, Schacht provocó una honda inestabilidad política, lo que originó que en apenas cuatro años Alemania tuviese otros tantos gobiernos ministeriales. El último de ellos, presidido por Von Schleicher, consiguió cierta estabilidad, lo que provocó un enorme desasosiego en los conspiradores.
Con el apoyo de Schacht, los banqueros internacionales consiguieron que Von Schleicher fuese defenestrado de su puesto de Canciller y colocaron en su lugar a Hitler, fuertemente apoyado por la gran banca con centro en Wall Street. En 1933, Hitler consiguió el apoyo de más del 90 % de la población, erigiéndose en Führer –caudillo–. Por supuesto que en la famosa “noche de los cuchillos largos” uno de los asesinados fue Von Schleicher, el único que podía hacer frente a los intereses oligárquicos que, unidos a las ansias de poder de un psicópata, provocaron la II Guerra Mundial.
Hitler, en contra de lo que pensaban los centros financieros, no siguió las consignas de los conspiradores y provocó una guerra sin precedentes. Todo fue un error de cálculo de los grandes intereses bancarios, sólo que el error se saldó con millones de muertos
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